Los primeros signos de interrogación aparecieron el 23 de agosto cuando el Gobierno tomó una decisión brusca de cambiar la estrategia de privatización de Oltchim al renunciar la conversión de las deudas de AVAS (agencia de privatización), aproximádamente de unos 250 millones de euros, en acciones.
Durante dos años, el Ejecutivo se ha esforzado para convencer a las autoridades de Bruselas que aprueben esta conversión. Pese a la oposición manifiesta de PCC, socio minoritario, los argumentos del Gobierno fueron suficientes para obtener una decisión favorable de la Comisión Europea. ¿Por qué renunciaría tan fácilmente tras haber logrado un resultado difícil?
El jefe de OPSPI, Remus Vulpescu, explicó que se debe a un gran riesgo de que la operación fuera recurrida en el tribunal por parte de PCC, que ha conseguido su objetivo con una simple amenaza: bloquear la conversión de las deudas de AVAS en acciones.
En abril, la compañía rusa TISE mostró su interés, pero dejó de manifestar su disponibilidad al cambiar la estrategia de privatización.
Desde que apareció Dan Diaconecu, periodista polémico, la prensa rumana ha hablado de la posibilidad de que estuviera respaldado de una empresa rusa.
OPSPI publicó un anuncio el 10 de agosto para la venta de las acciones de Oltchim para que tuviera lugar la subasta el 14 de septiembre. El 27 de agosto, publica otro anuncio, esta vez con la venta de las acciones de Oltchim junto a AVAS y Electrica, dejando un término muy corto para los inversores para enviar las ofertas: hasta el 17 de septiembre. Aparece el 6 de septiembre otro anuncio en que se explica que se puede proceder a la adquisión por separado, pero la fecha de la licitación se mantiene para el 18 de septiembre.
Tan sólo 13 días antes se cambió la estrategia de la privatización, lo que provoca especulaciones. @N