Los países de la Europa central y del este "se enfrentan a una inestabilidad acuciante", según los analista, "provocada por la corrupción endémicia y a los esfuerzos de una lucha entre rivales políticos amargos", escribe The New York Times, en un artículo dedicado al fenóneno de la lacra de la corrupción y colocando como ejemplo al ex primer ministro Adrian Nastase.
El diario estadounidense explica cómo Nastase intentó suicidarse supuestamente antes de que la policía fuera a cumplir la orden de arresto del Tribunal, después de que fuera condenado a dos años de prisión por malversación de fondos durante su campaña electoral en 2004, que llegó a perder frente al actual presidente, Traian Basescu. A la salida de su casa, Nastase salió con un bufanda Burbarry sobre su cuello para evitar que las cámaras registraran el posible disparo que se produjo minutos antes, un hombre apasionado a la caza y que falló en su intento de morir. "Pero esto es Rumania, donde todo parece bajo una disputa", comenta el autor del artículo, Dan Bilefsky.
Según los analistas, "el caso Nastase llegó a desarrollar igualmente la polarización política de Rumania hacia una democracia mayor. El hecho proviene por el temor acuciado por la Unión Europea de que los países más débiles comunistarios no pueden erradicar la corrupción, una herencia de decenios causada por el comunismo y los mediocres gobiernos precedentes", explica el periodista en el reportaje titulado "El maleficio de la corrupción en la Eurpoa del este".
"La Unión Europea, con 27 Estados miembros, se muestra preocupada por la extensión de la ilegalidad tanto en Rumania como Bulgaria, que llegaron a entrar en la Gran Familia en 2007. No se han unido a la zona de libertad de movimiento -espacio Schengen. La Comisión Europea, órgano ejecutivo de la Unión Europea, anunció el jueves que ha bloqueado las ayudas de desa