Memorialista, filósofo de la historia e histórico, se reconoce a Neagu Djuvara como uno de los líderes intelectuales rumanos. El diplomático se percibe como un divulgador y un desmitificador de la historia. Publica libros destinados a los jóvenes y otros que pretenden explicar el origen histórico de las figuras del mito de Drácula o Negru Voda. Además, dejó sus memorias en las que relata su vida en el exilio en París y Niamey.
Djuvara Neagu nació en Bucarest en 1916. Formado como científico en sus estudios de Historia y Derecho en París entre las dos guerras, consigue pasar el concurso del Ministerio de Relaciones Exteriores en mayo de 1943, por lo que fue envíado a Estocolmo como diplomático el 23 de agosto de 1944 para dedicarse de lleno a las negociaciones de paz con la Unión Soviética.
Nombrado secretario de la legación de Estocolmo, Djuvara se queda en Suecia hasta septiembre de 1947, cuando los comunistas llegan a tomar la dirección de su país. Participa en el proceso político en el otoño de 1947 y decide permanecer en el exilio luchando hasta 1961 en diversas organizaciones del exilio rumano. En 1961, se dirige a África, concretamente a Níger, donde se establecerá 23 años como asesor legal y diplomático de la Cancillería rumana. Mientras tanto, reanuda sus estudios de filosofía en la Sorbona. En mayo de 1972, el Estado obtuvo un doctorado en la Sorbona con una tesis en filosofía de la historia y más tarde logra un diploma en el Instituto Nacional de Lenguas y Civilizaciones Orientales de París.
Djuvara publica obras principalmente sobre la historia de Rumania y los rumanos. La mayoría de sus libros se refiere a la filosofía de la historia, centrada en torno a la cuestión de la objetividad histórica y la historiografía.
El historiador es partidario de una mayor investigación sobre la historia de Rumania, cuestionando la calidad de la i