Sois poderoso señor doctor Raed Arafat, más poderoso que el primer ministro, Victor Ponta, o el presidente Traian Basescu. Tiene un poder especial que anhela cualquier político porque su poder reside en nosotros que, después de haber construido un sistema funcional, se lo agradece no con dinero o votos, sino con un bien casi inexistente en Rumania: confianza.
En la actualidad, sois ministro de Sanidad de un pueblo profundamente deprimido. Y no resulta suficiente asegurar la "continuidad" administrativa de un Ministerio. Por eso mismo, porque sois el ministro más poderosos de un país que se encuentra en campaña electoral, tenéis que hacer algo más que política.
No existe un periodo en el que los políticos sean más vulnerables que durante la campaña electoral. Cualquier declaración positiva o negativa que hagáis en el próximo mes añadirá o hará caer algunos puntos porcentuales hacia un partido u a otro. Es vuestra mejor arma, cuya eficiencia ya se conoce desde enero de 2012. Entonces, como ahora, los rumanos lo apoyan porque ha hecho algo concreto durante estos años: tenemos sed de buenos hechos y coherencia.
Tiene esta mes una ocasión única de presionar a los políticos para hacer algo concreto respecto a nuestra sanidad. Por ejemplo, resolver los problemas que se detallarán más abajo ahora, no después de las elecciones, no al final del año, no "cuando se vayan a resolver".
- Los 20 medicamentos esenciales del tratamiento de algunos tipos de cáncer que faltan desde hace un año en Rumania. El Estado tiene la obligación legal de disponer de ellos para los pacientes.
- Rumania presenta la tasa de mortalidad infantil más alta de Europa. Una tercera parte de los niños mueren por nuemonia, ya que el Estado no ofrece una vacuna. Lo hacen otros países como Hungría y Bulgaria.
- Rumania es uno de los países que