FCC ha abierto este viernes al tráfico el puente de Vidin- Calafat, que conecta Bulgaria con Rumanía y que supone un importante avance en las comunicaciones entre ambos países. Esta inauguración pone fin a seis años de trabajo en los que se han invertido 275 millones de euros, en cuya financiación ha participado la Unión Europea (UE). El proyecto ha sido promovido por el Ministerio de Transportes, Tecnologías de la Información y Comunicaciones de la República de Bulgaria.
El nuevo puente tiene una longitud de 1,9 kilómetros, con la singularidad de que combina el tráfico de carretera y el ferroviario: por el mismo puente transitan de un lado, coches y camiones y de otro, el tren. Ambas ciudades quedan así interconectadas a través de cuatro carriles, un carril para bicicletas y dos aceras para peatones y servicios, además de la vía del tren.
FCC ha realizado también los accesos ferroviarios al puente, que incluyen una nueva estación de mercancías, la rehabilitación de la estación de pasajeros existente y 17 nuevos kilómetros de ferrocarril. Según los cálculos de ambos gobiernos por el puente circularán más de cien mil vehículos al año.
La nueva estructura será gestionada por una sociedad mixta búlgaro-rumana. Este eje de comunicaciones canalizará todo el tráfico de mercancías y pasajeros entre el Sur de Europa (Grecia, Macedonia y Turquía) con el norte (Alemania, Polonia, República Checa, Eslovaquia y Hungría) sin tener que pasar por países no miembros de la UE. Además, el puente de Vidin-Calafat supone un importante ahorro de tiempo para trasladarse entre ambos países. Hasta el momento ambas ciudades estaban únicamente comunicadas por un ferry que no partía hasta que no se completaba el pasaje. Ese trayecto y los trámites de aduana alcanzaban las tres horas que con el nuevo puente se verán reducidos a menos de 15 minutos.
De