Apenas salida de una situación de bloqueo político y concluidas las negociaciones sobre el acuerdo de libre comercio con la UE, el espectro de una confrontación militar planea sobre Moldavia. "Moldavia teme la posibilidad de nuevas hostilidades militares", informa el Jurnal de Chisinau el 20 de junio, cuando el Parlamento moldavo debate sobre "la manera de responder a la provocación de las autoridades de Tiraspol".
El pasado 10 de junio, el Soviet [Parlamento] de la región secesionista prorrusa de Transnistria decretó unilateralmente un nuevo trazado de la frontera con Moldavia, que incluía dentro del territorio de Transnistria tres localidades que no figuraban en él previamente. En abril, militares transnistrios intentaron instalar casernas en el pueblo de Varnita, situado en ese trazado, pero los habitantes los rechazaron.
Por su parte, los moldavos instalaron nuevos puestos fronterizos con Transnistria el 1 de mayo, para adecuarse a la normativa europea en esa materia.
Para el diario moldavo, Rusia, que dispone de un contingente de mantenimiento de la paz en Transnistria, no ve bien el acuerdo de libre comercio y de libre circulación entre Moldavia y la UE, pues teme que los transnistrios pidan de forma masiva la ciudadanía moldava:
En un comunicado que recuerda a los de la guerra en Georgia, en agosto de 2008, Moscú apela a Chisinau y Tiraspol a "abstenerse de acciones unilaterales que podrían desembocar en un conflicto". Pero sin realizar esfuerzo alguno para disuadir al presidente transnistrio, Yevgeny Shevchuk, para poner término a la expansión.
El diario Timpul comenta por su parte que el incidente de Varnita es "una espada de Damocles", puesto que el decreto de Shevchuk ratifica la decisión del Soviet que determina que el nuevo trazado fronterizo entrará en vigor el 24 de junio:
"¿Intervendrán