Lo primero que sorprende del logo del F.C. Ripensia Timisoara es su enorme parecido con una senyera en que la alternancia amarillo rojo se hubiese invertido. La presencia del blanco lo acerca incluso al escudo de la Ciudad de Barcelona. http://ripensiatimisoara.ro/club/identitate/valori/
¿Casualidad?
El logo del Ripensia Timisoara vuelve a estar presente, de forma aún discreta pero creciente, en la ciudad donde nació, en 1928, y de la que desapareció en 1948 con la implantación de un régimen comunista que modificó el panorama deportivo nacional.
Timisoara fue durante siglos resultado de la convivencia de múltiples culturas y religiones. De hecho no sólo Timisoara, sino toda la región, el Banato, donde húngaros, alemanes, serbios, rumanos, ucranianos, checos, búlgaros, ortodoxos, judíos, católicos, … formaban sus comunidades permeables, con sus escuelas, diarios e iglesias, donde los matrimonios mixtos estaban a la orden del día y la convivencia fue norma en una zona rica y orgullosa de serlo. No por nada había sido Timisoara la primera ciudad electrificada de Europa y la segunda del mundo, tras Nueva York. Se decía que “un niño tonto del Banat habla tres idiomas”, pues los aprendían en su día a día en familia, escuela o jugando en la calle.
El F.C. Ripensia Timisoara era reflejo de esta multiculturalidad del Banato, se enorgullecía de ello y su equipo así lo representaba. Su primer entrenador, Ferenc Plattkó, fue anteriormente portero del FC Barcelona, equipo al que después volvió también como entrenador. Húngaro de origen y uno de los mejores porteros de su época – Rafael Alberti le dedicó la “Oda a Plattko”- llega al Ripensia en octubre de 1930 desde Barcelona y abandona el club en febrero de 1931. Muy poco tiempo, pero suficiente como para ser quien puso la primera piedra de la construcción sólida sobre la cual, en los