¿Qué es lo primero que hace un soberano cuando accede al trono? Bueno, si hablamos de la década de 1930 y de Rumanía, y el rey en cuestión es Carol II, la respuesta es como mínimo curiosa: declarar prioridad absoluta la presencia de su selección en la próxima Copa Mundial, explica la fifa.com.
El problema, a primera vista insalvable, era que Carol II había sido coronado tan solo 35 días antes de que comenzara la primera edición del certamen. Pese a todo, el extrovertido monarca, de 37 años de edad, no se amilanó ante la evidente falta de tiempo, o ante el hecho de que Rumanía sólo hubiese disputado su primer partido internacional exactamente ocho años antes.
De alguna manera, y tras desplegar considerables dosis de perseverancia, Carol II logró asegurar a Rumanía una plaza en Uruguay 1930 apenas tres días antes de que concluyera el plazo de inscripción estipulado por la FIFA. El soberano concedió inmediatamente la amnistía a todos los jugadores sancionados por infracciones relacionadas con el fútbol. Entonces, en vez de confiar la configuración del equipo al seleccionador, Costel Radulescu, se puso manos a la obra él mismo.
Pero Carol II se topó con un escollo. La mayor parte de sus mejores jugadores trabajaba para una empresa petrolera británica, que se negó en redondo a concederles los tres meses de excedencia retribuida necesarios para participar en el certamen, y les advirtió que quienes decidiesen ir a Uruguay no tendrían un puesto de trabajo a su regreso. El monarca tuvo que intervenir. Haciendo valer su considerable influencia, telefoneó al jefe de la empresa y le reiteró que la cerraría a menos que esta cambiara su postura. Naturalmente, así sucedió.
De este modo, el 21 de junio de 1930, el combinado rumano subió a bordo del Conte Verde en Génova. El lujoso transatlántico italiano fue incorporando selecciones a su p