Los conceptos de izquierda y derecha son relativamente recientes en Rumania pues, tras la Revolución, la población se autodefinía básicamente como comunista, reformadora o anti-reformadora. Desde principios de los años 90, con pocas variaciones, alrededor del 50 % de los rumanos se autodefinen como de centro, un 30 % de centro-derecha o de derecha y, siempre por debajo de un 20 %, de centro-izquierda o izquierda, cuenta Carlos Basté en su blog Bucarestinos.
El bajo porcentaje de los rumanos que se consideran públicamente de centro-izquierda o de izquierda es debido a la identificación general de estas tendencias políticas con el comunismo, opción política realmente ausente del panorama electoral rumano. Un estudio realizado en el año 2005 por el Institutul de Cercetare a Calităţii Vieţii indica que, en una escala del 1 (izquierda) al 10 (derecha), la población de Rumania tiene una media de autoubicación de 6, es decir, se sitúa en posiciones decididamente decantadas hacia la derecha.
Rumania sufre un conflicto sociopolítico nacionalista desde que la incorporación de Transilvania a Rumania, tras la Primera Guerra Mundial, inauguró el problema del nacionalismo húngaro. En este sentido, mientras un 87 % de la población de etnia rumana se considera orgullosa o muy orgullosa de su pertenencia nacional, este sentimiento se reduce a un 55 % cuando se consulta a ciudadanos de etnia magiar y el 45 % restante se opone enérgicamente a la integración.
El resto de minorías nacionales (judíos, germanos, armenios, turcos, gitanos, etc.) tienen un fuerte sentimiento de pertenencia a su grupo étnico que no entra en conflicto con su nacionalidad. Cabe destacar que, en respuesta a los problemas político-sociales que sufre Rumania, en los últimos años han aparecido movimientos populistas que, enarbolando la bandera del ultranacionalismo y el antisemit