En pocas palabras, entre onomatopeyas y otros sonidos no articulados, Gigi Becali gritó en los últimos días bajo las ventanas del Departamento Nacional de Anticorrupción: "¡Vienen los mios al Gobierno!. Los suyos están el poder, pero Becali resumió en palabras simples la visión de la Unión Social Demócrata sobre el Estado de derecho: ¡La somos nosotros! Esta simple verdad se manifiesta a través de las presiones incalificables sobre la justicia, como es la actuación de solidaridad con el alcalde de Navodari -de la provincia de Constanza-, Nicolae Matei, arrestado bajo fianza el jueves pasado por corrupción, o mediante el bloqueo de los fiscales en el Parlamento. Sin embargo, en el último míting en Navodari muestra una manera de manifestación. Es polémico la implicación de un representante del Gobierno, iglesia, escuelas y algunos padres de niños para que defiendan a gritos la defensa de un inculpado.

1. Implicación del Gobierno. En el míting de Navodari del domingo participaron cientos de ciudadanos, además del ministro de Cultura, Puiu Hasotti, dos parlamentarios del Partido Nacional Liberal (PNL), vicealcalde y consejeros locales. La presencia de un representante del Ejecutivo y dos parlamentarios en el míting organizado en la defensa de un imputado es inaceptable. Esto representa dos poderes en el Estado: ejecutivo y legislativo. No son simples particulares o políticos. El Tribunal de Apelación dictamina hoy el recurso de la decisión de arresto pronunciada el jueves el Tribunal de Bucarest. Su presencia en el míting organizado por el Partido Socialdemócrata de Navodari, un día antes de la decisión de los jueces al recurso, perjudica la acción de la justicia, representa una presión evidente sobre los jueces y transmite, mediante el apoyo de la inocencia del alcalde, la propia visión del Estado de derecho: ¡La justicia somos nosotros! El míting de Navodari