El autoproclamado rey de los gitanos rumanos, Florin Cioaba, falleció este domingo a los 58 años en un hospital de la ciudad turca de Antalya, después de haber sufrido un infarto la semana pasada, informaron fuente familiares, publicó La Voz de Galicia, que recoge una información de la agencia EFE.

Florin Cioaba, nacido en una pequeña localidad de Targu Carbunesti, cerca de Sibiu, en el centro de Rumanía, heredó en 2007 el título de rey de su padre, líder de los gitanos en el país balcánico que se autoproclamó Rey Internacional de los Romanís en 1992, recuerda la agencia Mediafax.

Cioaba fue trasladado a la ciudad turca para recibir atención médica en un hospital tras el infarto que sufrió la semana pasada en Rumanía.

Como su padre, una corona de oro con rubíes y esmeraldas engarzados simbolizaba el poder real de Cioba, que dirigía también una unión de iglesias pentescostales llamada Centro Cristiano de Romanís.

A Cioaba le gustaba decir que controlaba a una etnia que cuenta con casi tres millones de personas Rumanía y, además, era el vicepresidente de la Organización Mundial de los Gitanos.

Fue propietario de empresas metalúrgicas, entre ellas de elaboración de cobre y bronce, y otras de fabricación de bolsas de plástico.

Como líder gitano, Cioaba denunció reiteradamente la discriminación de su pueblo y hacia los gitanos y criticó a las autoridades rumanas por su indiferencia.

«El principal problema de los romanís es social, se enfrentan a problemas elementales como falta de ropa, comida y agua. Se dan becas de trabajo pero se trata más de un espectáculo. Casi nadie contrata a un romaní», aseguró en su día.

Incluso llegó a afirmar que en Rumanía se vivía mejor en la época comunista bajo la tutela del dictador Nicolae Ceausescu.

«Lo peor de hoy en día es que los romanís